El fin del planeta no vendrá, pero hay muchos fines y principios del mundo para todos los hombres que desencarnan o mueren, encarnan o nacen y vuelven a desencarnar o a morir, hasta que al fin Me escuchan y se alejan de la tierra y de las formas toscas que no les pertenecen y van Conmigo a mejores mundos, a mejores estados de existencia y a superiores formas
En carne o en espíritu a todos les llegan, no uno, sino muchos días de juicio, pero en esos tristes momentos de tu propio enjuiciamiento espiritual no Soy Yo tu Juez, sino tu Defensor, no Soy Yo la ira de Dios, humanidad, Yo Soy la Luz de la Armonía Divina que da esplendor a tu alma; no Soy Yo el que te cobra ojo por ojo ni diente por diente, eso lo hacen Mis hijos quienes reniegan de Mi Amor y se entregan a repetir por todas partes la tragedia de Jerusalén.
¿A algunos de tus hermanos los llaman excelentísimos, reverendísimos, santísimos, con la candidez y orgullo que sólo un instante viven y siguen llamándose poderosos mentalistas, mártires y apóstoles del bien?
Has olvidado que la gracia o las dádivas de Dios llegan a los que saben amar, cualquiera que sea el antifaz con que momentáneamente crucen por el mundo, graba en tu mente, que, ante Mí, son ropajes y caretas, desde tu cuerpo hasta tus personales circunstancias sociales, religiosas o políticas. Absolutamente nada tienen que ver tus vestiduras externas en lo que Yo te dé o permita que se te dé.
Yo Soy el Salvador del espíritu, no de la carne. Yo Soy el Maestro de tu espíritu, no de tu carne en ti es uno de tantos instrumentos de tu espíritu.
Ya le dije: lo único que tienes que pedirme en silencio y desde lo más profundo de tu Ser es algo que tú no quieres entender y crees muy pequeño "no que es fuente maravillosa de prodigios bellísimos; te lo repito porque ya sé que lo has olvidado: "Que se refleje en ti un pequeño eco de la Voluntad de Dios". En cuanto al dar, da todo lo que te aconseje el amor, a fin de que puedas a su vez recibir, todo lo que el amor sabe dar.
Así como para olvidar tus penas, dices tú, o para fomentar tus vicios digo Yo, muchos toman enervantes y embriagantes que dan engañosas y perjudiciales sensaciones, así tomaste en tu origen de hombre, las substancias de las atmósferas para plasmar tu cuerpo que te dan también relampagueantes y vanas sensaciones.
A espíritus desobedientes, incorporados o sin cuerpo material, se les llega sus principios y fines de etapas de vidas. Esta sucesión de fines y principios de las edades las has interpretado de tantos modos que te has llenado de supercherías. Entre esas supercherías tienes el terrorífico fin del mundo hecho y rehecho, dicho está de acuerdo con las tinieblas, no como lo recibió en videncia simbólica para los fanáticos de aquel tiempo, Mi discípulo Juan.
Amor es el elemento primordial que crea todo lo que tiene armonías supremas.
Tú pretendes apoyarte en la palabra y en el nombre de Jesús, tus acomodaticias ficciones. ¿Por qué no piensas el bien y lo haces en su nombre? ¿Por qué no amas apoyándote en Jesús? Jesús vino a enseñarte nada más eso, no a satisfacer tus vanas curiosidades.
Dices tú que nada pasa sin la Voluntad de Dios porque eso es lo que te conviene para disculparte de tus errores, pero te equivocas, porque en verdad te digo que si pasan tus pequeñeces sin la Voluntad de Dios. La Voluntad de Dios está en lo exquisitamente alto, en las alturas de lo puro y luminoso en lo sutil y vibrante, imperceptible para ti en los momentos de tinieblas y ofuscaciones, no está en sus aberraciones, ya que no sincronizan tus delicadas esencias con tus turbadas locuras.
El Todopoderoso, jamás se impone sobre ti por la fuerza, por su poder; eso lo haces tú con tus hermanos más débiles.
Yo te digo: el mal, la desarmonía, el desamor son tuyos; el amor la paciencia, la serenidad, son de Dios.
Cundo tú amas, cuando irradias paciencia, cuando estas dentro de la apacibilidad inconfundible de tu Ser Superior, te está inspirando el Creador de tu espíritu.
A Dios no le alcanzan ni las palabras ni los hechos de tus sabidurías ni de tus mezquindades; empero, palabras y hechos humanos tengo que darte para que Me entiendas.
Yo le pregunto: ¿Por qué no pules tu espíritu y dejas el oro en las
entrañas de la tierra? ¿Por qué no cristalizas en ti mismo las virtudes y dejas los diamantes en donde los guarda la tierra? Están allí mejor que fomentando tus soberbias.
¿Por qué en lugar de cubrir tus carnes con pomposa y raras vestiduras no las impregnas de mansedumbre y de pureza, a fin de que puedas avanzar y bien educar a tus pequeñas carnes, a tus niños que existirán mientras no puedas romper la necia cadena de traerlos al mundo con lascivia?
No culpes a la carne porque no es la carne la pecadora; no son tus células las que se equivocan. Es tu alma la que irradia sobre el cuerpo los rayos de tinieblas, de confusión embriagadora, de dolor y muerte; tal como lo entiendas, porque has invertido el sentido verdadero de las realidades materiales y espirituales.
En verdad te digo que cuando mueras estás más vivo que dentro de las modorras de tus carnes enfermas por tus diversas peregrinaciones presentes y pasadas.
No busques la sabiduría del más allá porque no la entiendes en la carne, no la puedes entender ni apreciar debidamente en tu estado carnal.
Tú sigue el camino recto del Amor inmaculado, aunque no te escuchen, aunque no te entiendan, Yo Te entiendo, eso te basta para llegar muy alto.
La primera ciencia es la ciencia del amor; él es el sol que todo lo ilumina, que todo lo puede, que todo lo transforma, que todo lo embellece, que todo lo perfuma. Cuando domines en espíritu y en verdad esta ciencia, todas las demás te vendrán por añadidura; bastará un pequeño esfuerzo de tu voluntad para que sepas lo que quieras saber, para que hagas portentos y para que sientas sublimidades. Cuando seas grande para amar, serás sabio, serás limpio, poderoso, hermoso y grande y entonces comprenderás a plenitud todas las Verdades que hoy te digo.
Yo te digo: no entrarás en los estados Sublimes de la Armonía Divina, si llegas cargado de libros, de sabidurías pequeñitas y humanas, más las puertas de esas latitudes se abrirán para ti, si llegas desbordante de Amor, si llegas con el recuerdo de gratos bienes que hayas dejado entre tus hermanos hombres, animales y cosas.
Una sola obra buena, purísima, blanca, radiante de Amor, es bastante para derrumbar montañas de pecados. Así limpia el Amor los siglos tenebrosos, así convierto Yo a los monstruos, así salvo a los mundos de pecado.
No hay deuda ni carga que el Amor no pueda pagar por ti, si a Mí acudes para salvarte. Soy el Banco que jamás quiebra.
Gracia Divina es toda Dádiva del amor de Mi Padre para el espíritu del hombre.
Fe es: el conocimiento previo revelado, de una realidad por venir, es una Revelación hecha por el Espíritu de Dios al espíritu del hombre.
"Yo Soy la Luz de Aquel Señor y Aquel Señor es el Amor".
Te han dicho que Yo dije: Da a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César, hoy te digo:
Al gobernador da lo que es del Cristo y a Dios da lo que das a tus hermanos. Del Cristo es todo, ya te lo he dicho: del Cristo es el perfume de tu alma, es la suave caricia de tu espíritu, la Bendición, la Ley de la Armonía, la obediencia a la Ley justa y la disculpa a la Ley injusta. Prepárate a dar todo eso a los Césares de hoy porque ellos te lo darán más tarde a ti. Se acercan los tiempos en que los gobernadores serán las antorchas que iluminen a sus pueblos los inspiradores mayores, los proveedores y sabios guías de sus muchedumbres.
El hombre es cuerpo y espíritu, luego entonces, de acuerdo con tu lógica más elemental, debes ser director de esa dualidad y por añadidura también racionalísima, debes crear sistemas de dirección o de gobierno en plena armonía con tal dualidad.
Lo que no esté de acuerdo con los consejos del amor no puede ser jamás auténtico de ningún Ser de Luz.
Como tienes corazón y cerebro, ábrelos para que recibas también directamente de Mí.
El que tú llamas enemigo es Mi hijo y es tu hermano, lo amo tanto como a ti te amo; tiéndele la mano y ámalo, no te conviertas en criminal espiritual llamándolo enemigo.
Ama, sin que jamás te canses de amar, a todo y a todos, tal como si todo fuera de todos y como si todos fueran tus hijos. No busques mayor sabiduría porque no existe sobre la tierra.
Quién tiene amor lo tiene todo. Quién dice amor lo dice todo, caridad, misericordia, piedad, perdón, sublimidad, eso es el Espíritu Creador.
El hombre tiene como bienes espirituales su libre albedrío y conciencia, su sentido de orientación y responsabilidad. Los hombres al nacer están dotados de grandezas y pueden hacer uso de todas sus facultades. Tienen en su interno el sacerdote que oficia, el verdadero sacerdote. no te hablo de los ministros de otras religiones, sino del sacerdote interno del oficio en la alta conciencia de tu ser; pero la fuerza fatídica se desarrolla y hace uso de su poder y Mi Padre Dios permite todo esto, para saber cuáles son los valores de sus hijos, ya que sin lucha no hay merito; necesitas luchar para ascender en el camino espiritual, para crecer en el sendero, ¿Cuál sería el mérito de las criaturas hijas de Dios si no lucharan?
Quiero hombres y mujeres serenos, en la serenidad que da la conciencia de haber cumplido con el deber. Si tú eres cristiano en espíritu y en verdad, dentro de Mi Amor no tienes nada que temer, si sufres es porque el vendaval te afecta, pero Mi Amor te acogerá piadosamente.
La fe: es la palanca poderosa que acerca a los hombres a Dios.
Busca el Reino de Dios y su Justicia, y lo demás te vendrá por añadidura.
En este mundo cada uno está colocado en donde debe estar y cerca de quién debe estar; en el círculo de cada vida existen muchas almas encarnadas y desencarnadas con las cuales debes convivir.
Estas almas son maestras unas de otras. Unas te hacen sufrir porque así lo necesitas, otras te enseñan el dolor que te purificará, otras te darán calor y compasión como contraste con tu alma y con tus sentimientos; todas tienen mensajes para ti, verdades y enseñanzas importantes y necesarias. Tú no obstante que te encuentras en esta escuela, en este planeta de eterna enseñanza, ni siquiera eso has podido hacer; conocer a las almas que te rodean, ni saber el mensaje que cada una te brinda.
Tu destino, humanidad es armonizar con todo y con todos, todavía, no empiezas a aprender la Ley de la Armonía que es Divina, maravillosa, sublime, porque es de Dios; no la sientes ni la entiendes, ni la conoces, ni la quieres hacer tuya a pesar de ser de Dios.
¡Maravíllate, humanidad! anota las verdades que el Espíritu Santo te enseña.
El infierno está en encarnados y desencarnados, en moradores de este mundo y en lo que llamas espacio. El infierno es el símbolo de las grandes penas, amarguras y desesperación de aquellas almas que han delinquido grandemente.
El purgatorio es para aquellos que no son criminales, pero que también sufren por sus malas acciones y pueden estar en este mundo de encarnados y desencarnados.
El limbo no existe, porque ya te dije: nadie puede estar sin gozar ni sufrir.
La gloria ya te lo he dicho es para aquellos seres que se han elevado de las bajezas y pasiones realizando la unión con Dios.
El infierno, el purgatorio y la gloria, no son lugares determinados, son estados de conciencia en el hombre. Cada uno vive su infierno, su purgatorio y muy pocas veces la unidad con Dios, que no es otra cosa que la Verdad del hombre manifestada en sí mismo.
Hay que renunciar a todo lo bajo para que realices tu gloria y la unión con el Padre. El que renuncia a lo bajo automáticamente se conecta con la Conciencia Divina y el que medita, extrae de las altas mansiones su alimento espiritual. El que realiza en su vida estas tres cosas, realiza su unión con Dios y su gloria en la tierra. Renuncia, Medita y Conéctate con Dios.
Lo más difícil para el hombre es practicar en la materia la espiritualidad. Lo más difícil para el hombre es conectarse esencialmente, esto es lo más difícil para todos y para ti, pero no desaproveches tu vida, aprende las lecciones que te doy. Tú misión es saber y saber más para que puedas enseñar a los que te rodean.
La palabra sólo sirve para empobrecer la grandeza espiritual. La palabra empobrece la grandiosa expresión del pensamiento Crístico. Bendito sea lo sublime que enmudece los labios para elevar el espíritu. Deje que tus labios callen, deja que tu alma Me diga todos tus secretos que guardas ocultos, deja que se explaye Conmigo, porque Soy la Manifestación del Amor.
Si el dolor te hiere, no es porque de los Cielos venga a ti. El dolor que a ti viene es porque de antemano tú lo has buscado y la Ley se cumple.
Nada existe sin peso, sin color, sin vida, sin medida y calidad.
Ningún hombre que tenga duro el corazón puede elevarse a las alturas. Ningún enviado puede ser materialista. Ningún iluminado puede ser vicioso. Ningún profano puede ser maestro del espíritu.
Necesitas olvidar los rencores, dominar las pasiones, vencer los egoísmos, desconocer las envidias, ser manso y humilde de corazón. No midas al hombre por la estatura de su cuerpo, sino por la grandeza de su alma. No valorices al hombre por lo que vale físicamente, aquilata su valor por lo que piensa. por lo que dice y por lo que hace; por sus obras los conocerás, ellas hablarán y por eso cada hombre vale por lo que hace.
Dedica cinco minutos de cada una de sus noches a examen de conciencia y si no puedes todas las noches aun cuando sea dos o tres veces por semana, a fin de que descubras tus defectos, debes conocerlos para evitarlos y corregirlos. Las pasiones te hunden, las virtudes te elevan.
El amor verdadero es la primera potencia que llena el Universo. El amor es la primera Fuerza de la cual las demás son resultantes. El amor representa a la vida y la vida se pone en movimiento para manifestar la bellísima gama resultante de la misma vida. Si quieres saber algo de valor, escucha a los iluminados, a los reveladores.
Este planeta tierra revolucionará porque los hombres se espiritualizarán será transmutado y se convertirá en el Reino Verdadero, pero esto no será de inmediato, aunque desapareciese el planeta tierra, su parte astral no desaparecerá, conocida por su alma, alma del mundo. En la parte astral de este mundo se realizará el mundo invisible de las almas en pensamiento.
Comunión, comunión sin sacerdote que confiese. La Ley dice que solamente Dios puede confesar a sus hijos. Voy a darte comunión de pensamiento sin confesarte, porque no Soy uno de tantos confesores. Soy el Maestro de los confesores y el redentor de las almas. No trates de confesarte con otro que no sea Dios, ni busques a otro hombre cargado de errores como tú para decirle los tuyos, porque los errores de los dos serían iguales, puesto que son iguales en la tierra.
Esta religión la difundirán los iluminados, los reveladores; pero no serán sacerdotes predicadores de un "infierno eterno", ya que ellos no llegarán hasta la blasfemia. Ellos no hablarán de ese modo blasfemando de un santo nombre. Quién dice que hay un "infierno eterno" habla de un Dios que lo formó y por lo tanto abriga en su mente la idea de un Dios vengativo y rencoroso. Eso es un ultraje a la Divinidad, eso es una blasfemia.
Siempre que Me busques Me encontrarás. ¡Bienvenido seas! Bienvenido seas siempre que Me busques y que necesites del Consolador Prometido que manifestaron y revelaron los profetas.
El Maestro te da la más grande enseñanza y te busca para dártela, porque es tuya, porque es para ti, porque Yo también Soy de ti, porque Mi Luz no te deja y a ti te la doy.
En el hombre hay dos impulsos, dos fuerzas con las que lucha: su bajo Yo y su Eterno Yo. Ese "Eterno Yo" sabe que pasaran millones y millones de años y seguirá manifestándose a través de la materia, en la rueda de encarnaciones, para buscar su engrandecimiento potencial, su crecimiento espiritual. Ese es el anhelo del Eterno Yo, ser siempre mayor en Luz, en potencia. Él va tras un anhelo bendito, tras un afán santo. Sabe que, en este círculo de encarnaciones, cada una sirve para perfeccionar el alma, para hacerla crecer en potencia. Sabe que tendrá que volver a animar distintos cuerpos, que tendrá que llorar mucho antes de ser feliz. Pasará por la senda del dolor; conocerá el martirio, pero sabe que sufriendo se hará grande porque el dolor lleva en sí mismo la perfección.